La competencia intercultural es la capacidad de movilizar y desplegar recursos psicológicos adecuados para responder de manera apropiada y efectiva a las demandas, desafíos y oportunidades presentadas por situaciones interculturales. Más específicamente, implica una combinación de valores, actitudes, habilidades, conocimientos y comprensión crítica aplicados a través de la acción que permiten a uno:
Entender y respetar a las personas que se perciben como teniendo afiliaciones culturales diferentes a las propias.
Responder de manera apropiada, efectiva y respetuosa al interactuar y comunicarse con dichas personas.
Establecer relaciones positivas y constructivas con dichas personas.
"Respeto" significa que uno tiene un concepto positivo, aprecia y valora al otro; "apropiado" significa que todos los participantes en la situación están igualmente satisfechos de que la interacción ocurra dentro de las normas culturales esperadas; y "efectivo" significa que todos los involucrados pueden lograr sus objetivos en la interacción, al menos en parte.